viernes, 3 de julio de 2020

The emperor's club (El club de los emperadores). 2002.

"El final depende del principio"


Este era el lema del colegio para chicos Saint Benedict, una escuela en donde se matriculaban alumnos de un alto estatus social. Y era también el sitio donde el profesor de Historia William Hundert impartía sus clases sobre esta asignatura tranquilamente, hasta que es inscrito el hijo de un distinguido senador y comienza a perturbar el clima de clase con sus conductas burlescas y comentarios irrespetuosos. Entonces, como maestros apasionados, esperamos que la confianza y el impulso que nos proponemos brindarles marquen un hito en sus vidas y estas se desarrollen ejemplarmente a partir de ahí, pero, ¿qué pasa cuándo no es así?

Si bien el presente largometraje está enfocado a la labor docente, la premisa principal dista un poco de las que pueden apreciarse en otras películas que abordan la misma temática; aquí, se deja de lado el actuar del docente como transmisor de conocimiento, y se resalta su trabajo como formador de individuos, seres que formarán parte de la sociedad y que contribuirán a enriquecerla o encarecerla con cada uno de sus actos humanos o inhumanos, respectivamente. Desde esta perspectiva, es importante destacar primer lugar la serie de decisiones que varias veces el maestro se ve en la necesidad que tomar para lograr la mejor educación de los estudiantes, evaluando las opciones según la apreciación diaria y poniendo la fe en cada uno de ellos, además de considerar cómo influyen sus realidades familiares, sociales y afectivas; quizá suena sencillo, pero es bastante complicado llevarlo a cabo, pues está en juego el futuro de una persona, y quizá también se su descendencia. Pero, aún más importante, es nunca olvidar que las elecciones que tomemos sean siempre pensando en brindar a los educandos una verdadera formación personal, con principios y valores que les permitan ser personas de bien en un futuro y que les permitan analizar dos veces antes elegir actuar de algún modo que sea poco honroso para los demás o para sí mismo, falto de perseverancia o que no tenga como finalidad obtener la excelencia.

De la misma forma, se hace hincapié en lo infravalorado que se encuentra el trabajo del docente en la actualidad; es una realidad que muy pocas veces esta profesión es considerada poco importante por los padres de familia, los alumnos o incluso el mismo magisterio; esto, aunado a lo mal remunerada que se encuentra en este país y a la excesiva carga de trabajo que conlleva, hace a que los educadores busquen formas de ascender de puesto o se dediquen a otras actividades a la par de la praxis educativa, haciendo que quede poco tiempo para la primera o se modifique totalmente. Sin embargo, se debe tener muy claro que el sentido de la docencia es el que le da la enorme responsabilidad de educar a las nuevas generaciones y que, como ya dije, permitirá dejar a nuestros hijos y nietos un mundo mejor, porque "con el aprendizaje se puede cambiar el carácter de un chico y el destino de un hombre".

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